Estos puntos no son todos los que hay, pero quizás podríamos decir que son de los más importantes, ya que marcan las direcciones principales a la hora de definir una imagen fiel y sincera de nuestra marca. La elección de nuestra marca, es lo que determina nuestra forma de ser, por lo que se sobreentiende que son decisiones clave y requieren de concentración para tomar las decisiones.

1. A quién nos dirigimos ¿Cuál es nuestro público objetivo?

Punto importante, que en ningún momento puedes obviar ya que es la base que nos determinará a quien ofrecemos nuestro producto, expresamos las emociones, mostramos nuestros colores, sentimientos; en definitiva, será el público que irá acorde con nuestro estilo. Por lo que mira a tu alrededor, visiona tu competencia, e identifica cual es, o cual quieres que sea tu público objetivo, adéntrate a investigar cuáles son sus necesidades, qué les interesa? qué quieren realmente.

Para ayudarte con este punto, tan solo debería buscar respuesta a estas preguntas ¿a quién le interesan tus productos? ¿Qué diferencia tu producto? ¿A qué tipo de gente le repercute positivamente esa diferencia?.

2. Cómo comunicar ¿Cuál será mi mensaje?

Antes de comenzar a crear, tenemos que pensar en la base definiendo el mensaje que queremos transmitir ya que este además de ser importante, deberá permanecer durante el tiempo, por lo que ¿qué es lo que queremos resaltar?.

El mensaje se debe definir según los intereses de nuestro público objetivo, utilizando un lenguaje que se adapte a el, y que pueda “estar en la onda” de nuestros consumidores.

3. Busca “tu emoción” para conectar con tu público

Está más que demostrado que los mensajes vinculados a emociones logran superar con creces al resto, por lo que nuestro reto debe pasar por construir conexiones emocionales con nuestro público objetivo y nuestra marca, conexiones que consigan hacer a nuestra marca especial, que sea única y cree lazos fuertes y duraderos . Estas conexiones emocionales entre el público y nuestra marca permitirán que en un momento dado nuestro cliente prefiera seguir con su marca de toda la vida o con su marca de confianza, a cambiarse por otra marca ante una guerra de precios de la competencia, ante el lanzamiento de un nuevo producto, ante una imitación, etc. Piensa en tus productos de “toda la vida” y valora realmente si lo único que te ofrece mejor que el resto es la calidad.

4. Analiza cómo quieres que te perciban: El posicionamiento

¿Qué imagen queremos que nuestro público objetivo tenga de nosotros en su mente? ¿Qué es lo que debe pensar e imaginar de nosotros cuando le atendamos, cuando vea nuestra imagen gráfica, cuando le hablen de nosotros, etc.?

Éstas son las preguntas clave para definir cuál debe ser nuestro posicionamiento. Y éste, claro, debe ser coherente con nuestros objetivos y estrategias de empresa u organización.

Del posicionamiento se desprende gran parte de lo que construirá nuestra imagen de marca: tipo de comunicación, política de ventas, atención personal, cómo debe ser la presentación del producto/servicio, etc. Pero no hay que perder de vista que tan importante es haberlo definido internamente como conocer el posicionamiento real de la empresa desde el exterior, ¿se ciñe a la estrategia planteada? ¿o por el contrario el público objetivo está percibiendo un posicionamiento distinto al que esperamos?

Si las respuestas obtenidas difieren de las definidas internamente, la solución es bien clara, debemos encaminar de nuevo nuestra estrategia de marca y posicionamiento.

5. Busca un nombre que exprese todo lo que eres

El nombre de la marca es uno de los elementos más delicados. Hay que tener mucho cuidado a la hora de elegir el nombre y no dejarse guiar por gustos propios ya que será el elemento que nos diferenciará frente la competencia, será el elemento que nunca cambiará y es por el que siempre nos reconocerán. Definir el nombre de la marca (naming) es un planteamiento estratégico como cualquier otro dentro del Marketing y conviene seguir un análisis exhaustivo para poder definir adecuadamente aquél nombre que mejor nos pueda representar según nuestros objetivos, posicionamiento, público objetivo, etc.

6. La construcción gráfica

La imagen gráfica de la marca es el colofón final de todo el proceso inicial de puesta en marcha. La imagen gráfica permitirá recordarla visualmente y reconocerla.

A la hora de definir gráficamente una marca es un grave error definirla bajo conceptos únicamente creativos, es imprescindible diseñarla partiendo de un análisis previo (mensaje, público objetivo, posicionamiento…).

Como podéis imaginar, la construcción de una marca no finaliza aquí, es un proceso vivo, cada día construimos y debemos estar construyendo y manteniendo nuestra imagen de marca, por ello, hay que seguir siempre atentos a nuestro entorno para ver cómo evoluciona.

Cortesía de: https://www.puromarketing.com/

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